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El entrenamiento en el fútbol base

  • Foto del escritor: CE - RFAF
    CE - RFAF
  • 1 dic 2018
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 12 dic 2018

Formación vs. Competición



Domingo López Racero, pruneño de 33 años, es una de las voces más autorizadas del fútbol base andaluz. Entrenador nacional de fútbol UEFA Pro y director deportivo por la RFEF, López dirige actualmente al Cadete A del CD Peloteros Sierra Sur de Sevilla, con el que compite en la Primera Andaluza. Con anterioridad trabajó en el propio Peloteros, con el que conquistó ya tres ascensos, en el Pruna, donde refundó el club con la inscripción de un juvenil, el Gilena, con cuyo sénior subió a la Segunda Andaluza, y el Pedrera, con el que compitió en la Primera Andaluza sénior. Por su posición de privilegio, López ofrece su visión sobre uno de los conceptos dicotómicos para los entrenadores en el complejo mundo del fútbol base. ¿Formar o competir?


Su reflexión es la siguiente: Está extendido en el mundo del fútbol, y más concretamente en fútbol base, este gran debate: formación o competición. Se habla de estos conceptos como si fueran elementos antagónicos e irreconciliables. Como si nada tuviesen que ver uno con el otro, como si se pudieran separar entre sí, como si hubiera que elegir entre uno de ellos. En mi caso, por la trayectoria como entrenador de equipos de base y el momento concreto que atravieso, por el club donde me encuentro actualmente y al equipo que dirijo, considero que son conceptos que deben ir unidos.


Me explico. Puede parecer que son elementos conceptualmente separados, pero es precisamente en el fútbol base donde existe un terreno propicio para su encuentro, eso sí, teniendo en cuenta algún matiz que en adelante relataré. Por la etapa formativa que me refiero en cuestión, como no puede ser de otra forma, debo priorizar la formación como elemento básico y muy importante a la hora de enfocar mi trabajo. Puede parecer que la formación prevalece sobre la competición, pero el matiz que yo le añado, o así lo entiendo, es que puedo priorizar la formación, pero teniendo en cuenta que se forma compitiendo. Entiendo así que la competición se debe emplear como un medio para aprender, ya que es fundamental en el proceso del desarrollo del futbolista. No entendería como una formación completa aquella que se produjese sin las vivencias que la propia competición genera a todo jugador.


Sobre estas premisas que comento son de las que parto en el trabajo diario con mi equipo. A la hora de confeccionar las sesiones de entrenamiento también tengo en cuenta diferentes cuestiones, como son las diferentes capacidades que tienen nuestros jugadores o las diferentes exigencias y demandas que el fútbol actual requiere a los futbolistas. A nivel metodológico y formativo intento llevar a cabo lo que suelo llamar formación a lo ancho, que no es más que intentar dotar al jugador de los máximos conceptos posibles, ya sea desde el punto de vista técnico-táctico, físico o psicológico. Cuanto más amplio sea el aprendizaje, más completo y más apto para resolver cuestiones futbolísticas estará el jugador.


En nuestra semana de entrenamiento no puedo obviar que el fin de semana tenemos un partido que jugar, o lo que es lo mismo, un rival al que enfrentarnos. Orientando así ciertas tareas para contrarrestar y combatir el juego del oponente, además de tener muy presente la máxima de “para competir fuera, hay que competir dentro”, haciendo referencia con ello que en el entrenamiento diario es donde primero comenzamos a competir el partido semanal.


Concluimos diciendo que la competición es importante, pero no debe condicionar la formación del jugador. Usamos la competición como una herramienta formativa, pensando de esta manera más en el medio-largo plazo y no en el ganar como sea.

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